Un sistema de puertas con enclavamiento es uno de los métodos más seguros de control de acceso disponibles. En su forma más simple se compone de dos puertas conectadas electrónica o físicamente, de modo que una no puede abrirse hasta que la otra se haya cerrado.
Entras en la primera puerta, que debe cerrarse detrás antes de que puedas abrir la segunda puerta y te permite pasar. Funciona como una esclusa de aire, y puede diseñarse para mantener cierto nivel de aislamiento en el recinto interior.
Además de la protección contra intrusos, también pueden ofrecer una protección física de primera clase con resistencia contra ataques balísticos y explosivos.
¿Cómo funcionan las puertas con enclavamiento?
Un enclavamiento puede tomar muchas formas. En su forma más simple, un enclavamiento comprende dos puertas, cada una de las cuales se abre hacia un espacio diferente, con un espacio de aire entre ellas.
El concepto funcional de un enclavamiento es evitar que se abran dos puertas al mismo tiempo, evitando así que el aire pase de un espacio directamente al otro.
Los enclavamientos se usan típicamente en ambientes de sala limpia y áreas de fabricación para preservar la calidad del aire y evitar que las partículas suspendidas ingresen a las áreas de proceso. Las áreas comunes en ambientes de producción que usan enclavamientos son las entradas y salidas de personal.
Las puertas con enclavamiento suelen estar equipadas con una serie de sistemas de detección diferentes. Pueden instalarse sensores que, por ejemplo, detectan cuando más de una persona ha entrado en la cabina e impiden que se abra la segunda puerta.
También es común que los detectores de metales se instalen en una cabina cuando existe la amenaza de que se lleven armas de fuego.
Además de los métodos de identificación estándar, como tarjetas y códigos PIN, los lectores biométricos que reconocen rostros, retinas o huellas dactilares añaden un nivel de seguridad adicional a una puerta con enclavamiento.
Enclavamientos por protocolo
El tipo de enclavamiento más simple, aunque menos efectivo, se basa únicamente en el protocolo. Este enclavamiento “suave” puede ser anulado por una persona que accidental o intencionalmente infrinja el protocolo.
En el enclavamiento más básico, cada puerta que conduce a la esclusa de aire tiene un panel de visión (ventana). Una persona que desea entrar desde cualquier lado mira por la ventana para ver si la puerta opuesta está abierta o cerrada.
Si la puerta opuesta está cerrada, el protocolo permite que esa persona ingrese a la esclusa de aire. Pero si la otra puerta está abierta, la persona debe esperar hasta que esté cerrada antes de entrar.
Agregar un interruptor de posición a cada puerta que está conectada, con un indicador visual o audible es una alternativa. Cuando una puerta está abierta, se activará un letrero iluminado sobre la puerta opuesta que dice “No entrar” o anuncie una advertencia similar.
Si se agrega una alarma audible, cualquier persona que viole el protocolo al ignorar el indicador iluminado en violación del protocolo hará que suene el timbre o la sirena hasta que se cierre una puerta.
Otro tipo simple de enclavamiento agrega automatización. En este caso, si se abre una puerta automatizada, se activará un interruptor de posición, haciendo que el controlador interrumpa la señal de activación a la puerta opuesta, evitando así la operación automática.
Enclavamientos físicos
Los enclavamientos físicos agregan un mecanismo de cierre al sistema para crear un nivel de seguridad adicional, que evita la violación del protocolo.
El sistema requiere que cada puerta esté equipada con un interruptor de posición y un dispositivo de bloqueo controlado eléctricamente. Estos dispositivos son generalmente cerraduras magnéticas.
En este sistema, ambas puertas están normalmente desbloqueadas en todo momento. Cuando se abre una puerta, el interruptor de posición activa una señal de entrada al controlador de bloqueo, que envía una señal para activar el dispositivo de bloqueo de la puerta opuesta.
La segunda puerta permanece bloqueada hasta que se cierra la primera puerta. Una vez que se cierra la primera puerta, la señal de bloqueo a la segunda puerta se desactiva y ambas puertas vuelven al estado normalmente desbloqueado.
Los mismos indicadores y sensores utilizados para el enclavamiento por protocolo se pueden agregar a un sistema de enclavamiento físico para mejorar la comunicación. Esto es valioso para que los empleados comprendan por qué una puerta está cerrada y no pueden ingresar al espacio.
Sistemas de seguridad en enclavamientos de puertas
En cualquier sistema de enclavamiento, especialmente en los físicos, se deben considerar los problemas de seguridad y su implicación en caso de emergencia. Como mínimo, la esclusa de aire debe incluir un dispositivo de liberación de emergencia para evitar que alguien quede atrapado dentro.
También es común proporcionar un medio para interconectar el sistema de gestión del edificio con el controlador de enclavamiento. Esto aseguraría que todas las puertas estén desbloqueadas en caso de alarma de incendio, terremotos u otros eventos predefinidos.
Escenarios de uso del enclavamiento de puertas
Inicialmente, los sistemas de enclavamiento de puertas se utilizaban en salas limpias, es decir lugares donde se necesita un bajo nivel de contaminación, como en laboratorios. A la sala intermedia se le puede dotar de mecanismos para la limpieza y desinfección (duchas, lavaderos, sopladores, etc)
La flexibilidad de los sistemas de enclavamiento de puertas los hace útiles en otros escenarios comerciales e industriales. Es común ver instalados estos sistemas en joyerías y entidades bancarias en zonas donde los robos son comunes.
Pueden instalarse detectores de metal y de explosivos o materiales peligrosos. Por estas razones se instalan también en zonas críticas de seguridad de los terminales de aeropuertos, como en las salas de equipajes.
Los sistemas de enclavamiento de puertas pueden también evitar la entrada de personal no autorizado mejor que una puerta tradicional. Por ejemplo, pueden evitar que otra persona sin credenciales de acceso siga al personal autorizado y entre en una zona restringida.
Esta técnica, conocida como tailgating, puede anularse completamente instalando un sensor que evite que dos personas permanezcan juntas en la esclusa de aire.