Cuando la mayoría de nosotros entramos o salimos de un edificio, rara vez pensamos en toda la tecnología que se utiliza para lograr esto. Entramos y salimos esperando que nuestra seguridad no se vea amenazada en ningún momento.
Sin embargo, a veces llega un momento en que es necesario salir de un edificio lo más rápido posible. Y la puerta principal muy posiblemente no sea una opción en esos momentos.
Para eso están diseñadas las salidas de emergencia. Y si eres dueño de un negocio, es tu trabajo pensar en este escenario antes de que ocurra. También es importante tener una cerradura antipánico que garantice la seguridad de tus clientes y empleados.
Las cerraduras antipánico como requerimiento legal
El primer país que requirió la instalación de cerraduras antipánico en algunos locales comerciales fue Gran Bretaña. En 1883, en Sunderland, Inglaterra, 183 niños murieron aplastados debido a que una puerta había sido indebidamente bloqueada, en lo que se conoce como el Desastre del Victoria Hall.
A partir de ese momento el gobierno británico comenzó a tomar medidas legales para hacer cumplir las normas mínimas para la seguridad de los edificios.
Esto provocó un requisito legal de que los lugares deben tener un número mínimo de puertas que se abran hacia afuera, así como cerraduras que se puedan abrir desde el interior. La primera patente para un cierre antipánico está fechada en 1892, por el británico Robert Alexander Briggs.
Sin embargo, esto no fue copiado globalmente, al menos de forma inmediata. Y solo hasta las últimas décadas del siglo XX las legislaciones a nivel global exigieron la instalación de mecanismos para asegurar la apertura de ciertas puertas en caso de aglomeraciones.
Salidas de emergencia
En entornos comerciales, los bloqueos antipánico suelen ser muy visibles. Estos dispositivos consisten normalmente en una barra que atraviesa el interior de la puerta que al empujarla soltará el pestillo de la puerta.
Esta es una forma efectiva de mantener seguridad en caso de incendios o cualesquiera circunstancias que requieran evacuación forzosa. Proporciona numerosas formas de salida en una instalación grande, sin poner en riesgo a los ocupantes.
Desde el exterior estas puertas permanecen cerradas para cualquier intruso. Es posible instalar puertas con dispositivos antipánico que, desde el exterior, funcionen como puertas normales, es decir con una llave para entrar.
Características y tipos de dispositivos antipánico
Todos los dispositivos antipánico tienen características en común; abren la puerta con una sola acción sencilla y se instalan desde el lado interno de la puerta. En la Unión Europea se requiere que un dispositivo antipánico cumpla con lo siguiente:
- Diseñado para operar a temperaturas comprendidas entre -10°C y 60°C.
- Debe poder abrir la puerta en menos de un segundo desde el interior.
- La presencia de un dispositivo de cierre (tarjeta o llave) en el exterior no debe impedir el accionamiento del dispositivo.
- Diseño redondeado y sin ninguna arista ni canto que pueda resultar peligroso.
- Una duración de al menos 100.000 ciclos de uso.
Aunque existen muchos tipos, lo común es que se instale alguno de los dos siguientes:
Barras de empuje antipánico
Se trata del mecanismo de bloqueo antipánico más común. Tiene la forma de una barra horizontal, instalada a una altura de entre 90 a 110 cm del suelo. Cuando la barra es presionada, la puerta se libera permitiendo la salida de los ocupantes.
Existen también barras de deslizamiento, que se diferencian de las barras de empuje en el mecanismo para abrir la puerta. Algunos fabricantes ofrecen modelos con barras a dos alturas, para que puedan ser activadas por personas en sillas de rueda.
En la Unión Europea, las barras antipánico están reguladas por la norma UNE-EN 1125 sobre “Dispositivos antipánico para salidas de emergencia accionadas por una barra horizontal”.
Pulsadores de emergencia
Estos dispositivos se suelen instalar en lugares con menos posibilidades de que ocurran estampidas y otras situaciones de pánico. Ocupa menos espacio que una barra de empuje y requiere que los ocupantes del edificio estén familiarizados con su funcionamiento.
El pulsador puede estar incorporado en una manilla tradicional o también puede ser una pequeña placa que al empujarse libera la puerta. En la Unión Europea los pulsadores de emergencia están regulador por la norma UNE-EN 179:2009.
¿Qué tipo de edificios necesitan dispositivos antipánico?
Los códigos de construcción y los códigos de seguridad determinan qué tipo de dispositivo antipánico se debe utilizar en entornos comerciales específicos.
La mayoría de las jurisdicciones han adoptado las directrices del Código Internacional de Construcción (IBC, por sus siglas en inglés), pero también debe comprobar si existen diferentes requisitos locales que puedan aplicarse en su área.
Se requieren barras antipánico en las instalaciones destinadas a actividades de ensamblaje, educativas o de alto riesgo. El IBC exige equipamiento antipánico en edificios con una carga de ocupación de 50 personas o más.
Pero debido a su durabilidad y facilidad de uso, los dispositivos antipánico se instalan comúnmente en lugares donde no es requerido por el código.
Generalmente, los edificios residenciales pequeños y los comercios minoristas no exigen la instalación de dispositivos antipánico. Pero en edificios de departamentos es común ver barras antipánico en las salidas de emergencia o en los accesos de las escaleras.
Dispositivos antipánico en puertas cortafuego
El propósito detrás de instalar dispositivos antipánico es hacer que sea fácil para los ocupantes del edificio para salir del edificio. Hay muchas razones por las que la gente evacua: accidentes, amenazas e incendios son sólo algunos ejemplos.
En algunos casos, las puertas tienen más de un propósito. En aplicaciones comerciales, las puertas a lo largo de una ruta de emergencia también pueden estar diseñadas para retardar la propagación del humo y el fuego.
Las puertas resistentes al fuego se instalan como parte de una estrategia general de prevención de incendios, que ayuda a mantener un incendio contenido en áreas más pequeñas dentro de una instalación más grande.
Esto ayuda a los ocupantes del edificio a permanecer más seguros mientras se llevan a cabo los procedimientos de evacuación y ayuda al personal de emergencia a entrar y salir con seguridad durante todo el proceso de rescate.
Resistencia al fuego en dispositivos antipánico
Antes de instalar un mecanismo antipánico en una puerta cortafuego este debe haber superado una prueba de resistencia al fuego, que puede provenir desde cualquiera de los dos lados de la puerta. Las pruebas que se requieren están descritas en la norma UNE-EN 1634.
Es muy importante que un dispositivo antipánico no se utilice en conjunto con una puerta cortafuego cuyo tiempo de resistencia al fuego sea mayor que aquel para el cual el dispositivo ha sido aprobado.